Pasajeritos.
Lúgubres tinieblas sobre mares turbios
sumando pesares a niños de tierra
que van sobre olas hurgando en la nada.
Fantasías rotas por juegos de grandes,
carrera al vacío, cometas sin rumbo,
fantasmas imberbes con frágiles sombras
y corazas leves de piel transparente
que muestran en vivo las manchas de guerra.
Exilio inocente de bebés incrédulos
y sus juegos rotos. -Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho
y ocho dieciséis- son ya del ayer.
Hoy números tristes que se multiplican
en las caravanas de espantos con remos
como pesadillas que van sobre ánimas.
Un destino incierto a hogares vacíos.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
miércoles, 18 de noviembre de 2015
Temores..
Temes a la muerte siendo un laureado
que ganó la vida por suerte o azar
en un maratón de miles de ansiosos
en busca del premio de un vientre materno.
Esos perdedores también lo soñaban
¿sabes dónde fueron? a burdos canales
y jamás verán ni las sombras muertas
de su travesía hacia tal incógnita
que solo un dichoso como tú conoces.
¿Y tú, qué esperabas? ¿Ser un inmortal?
Eres privilegio, todo un monumento
que respira y sangra, que come y defeca
ama y también odia, -especie de Dios-
sobre un suelo turbio donde tú pernoctas
y ahí quedarás con tus blancos huesos.
Tú sigues temiendo pero es a la vida
pues esta se esfuma y no hay ningún modo
de variar el curso de esa gran verdad.
Temes a la muerte siendo un laureado
que ganó la vida por suerte o azar
en un maratón de miles de ansiosos
en busca del premio de un vientre materno.
Esos perdedores también lo soñaban
¿sabes dónde fueron? a burdos canales
y jamás verán ni las sombras muertas
de su travesía hacia tal incógnita
que solo un dichoso como tú conoces.
¿Y tú, qué esperabas? ¿Ser un inmortal?
Eres privilegio, todo un monumento
que respira y sangra, que come y defeca
ama y también odia, -especie de Dios-
sobre un suelo turbio donde tú pernoctas
y ahí quedarás con tus blancos huesos.
Tú sigues temiendo pero es a la vida
pues esta se esfuma y no hay ningún modo
de variar el curso de esa gran verdad.
miércoles, 11 de noviembre de 2015
Piratas de tierra.
Ronda por las ciudades como Gárgola aviesa
oteando horizontes cual Colón invasor
con miradas febriles en busca de tesoros
con ideas modernas y olor a podredumbre.
Vampiro con licencia sacia sus ambiciones
nacidas en los antros de lúgubres burócratas
que siembran ilusiones y cosechan fortunas
en campos abonados por la doblez del hombre
esperando milagros de piratas de tierra.
Asiduo en los altares de misas en domingo
donde nutren hipócritas a cambio de limosnas
y luego salen limpios con su rastro de estiércol.
Eterno candidato al garrotazo vil
hijo de impunidades de estados indolentes
que con decretos caros cavan sus propias tumbas.
Ronda por las ciudades como Gárgola aviesa
oteando horizontes cual Colón invasor
con miradas febriles en busca de tesoros
con ideas modernas y olor a podredumbre.
Vampiro con licencia sacia sus ambiciones
nacidas en los antros de lúgubres burócratas
que siembran ilusiones y cosechan fortunas
en campos abonados por la doblez del hombre
esperando milagros de piratas de tierra.
Asiduo en los altares de misas en domingo
donde nutren hipócritas a cambio de limosnas
y luego salen limpios con su rastro de estiércol.
Eterno candidato al garrotazo vil
hijo de impunidades de estados indolentes
que con decretos caros cavan sus propias tumbas.
viernes, 6 de noviembre de 2015
EL TIMBALERO AMIGO DE MI AMIGO. De un Anecdotario Carcelario
Los primeros días de estancia de los reclusos en los penales siempre son complicados, nunca faltan conflictos , cuando no es con los rateros, lo es con los manipuladores en busca de ventajas atento a ser presos viejos.
Si en tu expediente figuras solo, la cosa es más compleja todavía. Eso es un signo de debilidad como lo fue en el mío. Tuve algunos conflictos menores y siempre hay que estar alerta pues te quedas incluso sin cama, si es que has comprado una.
Una mañana mientras compraba algo en el colmado de Adolfito, un ex preboste de varios años y hablábamos de algunos reclusos que conocíamos, mencioné a un compañero del ala sindical y el reaccionó sorprendido:
— ¿Tú conoces a Nolasco?, -me preguntó.
Le contesté que si, que era mi amigo. Entonces él brincó desde su mostrador (pensé que me iba agredir), se dirigió a mi sitio al otro extremo del pabellón, tomó la cama y la arrastró con violencia al medio del local. Luego la empujó hacia su frente, movió otras camas y la colocó, mientras me decía: "Este es tu sitio. Al que se meta contigo pártelo, no hay problema".
Me explicó que ese compa a quien mencioné es su amigo de la infancia, y que se criaron como hermanos. Luego agregó, "El que es amigo de Nolasco es mi amigo".
.
Luego señaló la parte de abajo de su cama y me dijo:
—Ahí dormía él, una vez estuvo preso en el hospital y logré traerlo aquí, tuve que dar algún dinero. Me señaló que en lo único que no estaba de acuerdo con él es en la "maldita política, eso lo va a hundir a todos ustedes más tarde o más temprano".
A partir de ahí mi situación cambió de manera notable.
A la hora de cerrarse las puertas del pabellón, Adolfito colocaba unas latas y otros objetos y comenzaba a tocar y cantar, él era uno de los dos mejores timbaleros del país y había tocado con varias orquestas hasta el día de su problema.
En una ocasión, un director musical visitó el penal a tratar de que las autoridades le facilitaran el músico por dos noches, pero la negociación no fue posible, eso demostró el nivel profesional de este hombre.
Mientras tocaba parecía como poseído por el don musical y había que llamarle la atención para que los reclusos pudiéramos dormir.
Tenía en sus espaldas unas cicatrices de heridas no bien atendidas y mas que cicatrices parecían cordones de gran grosor quizás de cortes de cuchillo o machete, lo que le daba una imagen grotesca.
Como buen preso viejo siempre tenía guardadas bebidas, y me preguntaba: "romo o whisky", en son de broma le decía " hasta trementina que sea". Después de dos tragos dentro de un penal comienzas a ver los barrotes como de cartón y a los policías chiquiticos, pero cuidado con eso.
No me imaginé que con la mención de un amigo común mi situación iba a cambiar para bien, lo que demostró que la amistad es un fenómeno que se puede transmitir más allá de lo personal.
Los primeros días de estancia de los reclusos en los penales siempre son complicados, nunca faltan conflictos , cuando no es con los rateros, lo es con los manipuladores en busca de ventajas atento a ser presos viejos.
Si en tu expediente figuras solo, la cosa es más compleja todavía. Eso es un signo de debilidad como lo fue en el mío. Tuve algunos conflictos menores y siempre hay que estar alerta pues te quedas incluso sin cama, si es que has comprado una.
Una mañana mientras compraba algo en el colmado de Adolfito, un ex preboste de varios años y hablábamos de algunos reclusos que conocíamos, mencioné a un compañero del ala sindical y el reaccionó sorprendido:
— ¿Tú conoces a Nolasco?, -me preguntó.
Le contesté que si, que era mi amigo. Entonces él brincó desde su mostrador (pensé que me iba agredir), se dirigió a mi sitio al otro extremo del pabellón, tomó la cama y la arrastró con violencia al medio del local. Luego la empujó hacia su frente, movió otras camas y la colocó, mientras me decía: "Este es tu sitio. Al que se meta contigo pártelo, no hay problema".
Me explicó que ese compa a quien mencioné es su amigo de la infancia, y que se criaron como hermanos. Luego agregó, "El que es amigo de Nolasco es mi amigo".
.
Luego señaló la parte de abajo de su cama y me dijo:
—Ahí dormía él, una vez estuvo preso en el hospital y logré traerlo aquí, tuve que dar algún dinero. Me señaló que en lo único que no estaba de acuerdo con él es en la "maldita política, eso lo va a hundir a todos ustedes más tarde o más temprano".
A partir de ahí mi situación cambió de manera notable.
A la hora de cerrarse las puertas del pabellón, Adolfito colocaba unas latas y otros objetos y comenzaba a tocar y cantar, él era uno de los dos mejores timbaleros del país y había tocado con varias orquestas hasta el día de su problema.
En una ocasión, un director musical visitó el penal a tratar de que las autoridades le facilitaran el músico por dos noches, pero la negociación no fue posible, eso demostró el nivel profesional de este hombre.
Mientras tocaba parecía como poseído por el don musical y había que llamarle la atención para que los reclusos pudiéramos dormir.
Tenía en sus espaldas unas cicatrices de heridas no bien atendidas y mas que cicatrices parecían cordones de gran grosor quizás de cortes de cuchillo o machete, lo que le daba una imagen grotesca.
Como buen preso viejo siempre tenía guardadas bebidas, y me preguntaba: "romo o whisky", en son de broma le decía " hasta trementina que sea". Después de dos tragos dentro de un penal comienzas a ver los barrotes como de cartón y a los policías chiquiticos, pero cuidado con eso.
No me imaginé que con la mención de un amigo común mi situación iba a cambiar para bien, lo que demostró que la amistad es un fenómeno que se puede transmitir más allá de lo personal.
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