jueves, 27 de agosto de 2015

*Pechito, asesino de las Hermanas Mirabal, mi vecino en la Victoria.
 De un anecdotario carcelario.

Uno de los crímenes más horrendos de la represión política en la República Dominicana, quizás el que más, fue el de las hermanas Mirabal, tan trascendente, que marco el principio del final de la dictadura de Rafael Trujillo Molina.

Los asesinos materiales de este hecho fueron apresados en su mayoría  y uno de ellos, Viterbo Alvarez (Pechito) fue mi vecino en la cárcel de la Victoria (famosa cárcel Dominicana) en el pabellón llamado "de los bomberos" no porque los reclusos fueran apaga fuegos, sino por lo contrario. Como contradicción era una de las mas limpias y ordenadas.

De noche veía a Pechito sentado en una mesa plegable leyendo una biblia, degustando las enseñanzas del señor. Yo, por mi lado, dibujaba a todo aquel que se sentara al frente con la única condición que trajera una hoja 8 y media por 11 y durara un rato.

Esta fue mi primera escuela de dibujo, unos 800 dibujos y caricaturas adornaban las cabeceras de los agraciados.También los policías solicitaban mis servicios, aunque a ellos les cobraba $ RD.2.00 y con ese dinero podía comprar cigarrillos y dos comidas mas aceptables que la "gravilla" oficial.

Pechito me hablaba de la vida, el destino, el hombre, siempre adoptando un aire filosófico, queriendo demostrar lo que no era.
Hacía muchos cuestionamientos como buen calie (chivatos y denunciantes de opositores de la dictadura) y cansado de sus preguntas, un día le dije: prefiero oírlo a usted, me gusta como ud. habla, Pechito soltó una carcajada y se hinchó el pecho de orgullo, jamas entendió el tono de ironía de mis palabras.

Siempre me han llamado la atención los casos de los grandes asesinos, gangster, traidores a la humanidad ( como decía José Marti ) y de todos los que contribuyen a dañar el mundo, que terminan refugiándose en la religión y abrazados a una biblia, (en este lado occidental) como buscando el pasaporte a su descargo y borrón de todos sus crímenes.
Se llaman a si mismo "los convertidos" no se en que, porque continúan siendo los mismos canallas, ahora aprovechando la ignorancia de la humanidad.

Luego de un tiempo de haber logrado su libertad, y parado en una esquina con su biblia bajo el brazo, se le acercaron dos hombres con sendas pistolas al cinto y lo que parecía un encuentro de sangre relámpago se convirtió en un apacible diálogo de unos minutos.

Es bueno ejercitar la imaginación ¿ por qué no hacerlo sobre este diálogo?

— Pechito, ¿ tu en libertad?

— Sí, yo soy inocente de lo que se me acusó, pero ya cumplí.

—Tu eras de los hombres fuertes del SIM ( servicio de inteligencia militar).

—Sí, yo era del SIM, pero no participe en eso.

—Pero tus compañeros hablaron y lo dijeron todo.

—Hablaron, pero por presión, eso tiene causas atenuantes.

—¡ Vaya, pero hablas como Abogado!.

—Yo estudié en la cárcel, y les aseguro que soy inocente, solo Dios sabe........

—El problema Pechito es, que el no tuvo la cortesía de decirnos eso y tu debes pagar por ese crimen, y la cárcel no basta.

—¿Y que van a hacer ustedes, ya yo pagué injustamente, además, eso no es justicia.

—Los crímenes como el de las Mirabal, están mas allá de la justicia y de lo comprensible y lo que resulte mas allá, también.  

Pechito quedó tendido cuan largo y ancho era, con su biblia al lado y como nota curiosa, una pistola Browning automática de 35 ml. que llevaba en la cintura quedó al descubierto.

Esto no es extraño en los asesinos de mujeres y niños y los que matan apoyados y protegidos por el poder, pues tienen un rasgo común que es la cobardía. Solo actúan contra indefensos y débiles, pero cuando tienen la verdad al frente, ahí demuestran toda su esencia*.

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